Newell Antimosquitos Forte 100ml está especialmente indicado para usar en zonas tropicales. Se forma una barrera de alta protección en la piel, de hasta 6 horas, frente a las picaduras de mosquitos, incluido el mosquito tigre. Resiste incluso bajo condiciones climáticas extremas. En zonas temperadas, la cobertura puede durar hasta 8 horas.
El activo principal de este repelente es el IR3535, que cumple las siguientes características: no es tóxico para peces, pulgas de agua o algas; no es persistente ni bioacumulable; es biodegradable y no insecticida (repele, no mata).
Testado por laboratorios independientes. Estuche, etiqueta y botella Eco-Friendly.
· El spray vaporizador permite su utilización en cualquier posición (tanto del derecho como del revés) para poderse aplicar con comodidad en piernas y tobillos.
· Aplicar el producto uniformemente sobre la piel expuesta. Aplicar solo en las partes del cuerpo no cubiertas (en la cara, manos, brazos, piernas y pies).
· Distribuir el líquido pulverizado sobre la piel con la mano creando una barrera protectora.
· Una vez finalizado el tiempo de protección, lavar adecuadamente el área del cuerpo donde se ha aplicado el producto.
Aplicar y extender uniformemente sobre las zonas de la piel a proteger. No vaporizar directamente en la cara, sino aplicarlo con las manos, sin entrar en contacto con los ojos y la boca.
Lavarse correctamente las manos después de la aplicación del producto.
Una vez transcurrido el tiempo de protección, lavarse adecuadamente la zona del cuerpo donde se ha aplicado el producto. No aplicar en las manos de los niños. La aplicación frecuente y repetida es innecesaria.
Utilizar en niños a partir de tres años. En caso de ser necesario su uso en niños menores de tres años, consultar previamente al pediatra.
Utilizar con precaución en niños menores de seis años. En niños, aplicar una sola vez al día.
Se deberán seguir las pautas de empleo contenidas en la etiqueta. Sin embargo, en zonas de riesgo de transmisión de enfermedades por mosquitos y en aquellos casos en que las condiciones extremas así lo aconsejen, se cumplirán las medidas preventivas que comuniquen las autoridades sanitarias.
Primavera y verano son las épocas de máxima proliferación de mosquitos y con ellos llega su molesta picadura. Pero, ¿por qué los atraemos? La cuestión recae en tres compuestos químicos que generamos los seres humanos: el ácido láctico, la cantidad de dióxido de carbono que exhalamos y el octenol. Además, nuestra temperatura corporal, así como el olor que desprendemos, que depende de la microbiota cutánea de cada persona, también actuarían como reclamo para estos insectos. Todos estos factores son incontrolables por nuestra parte, así que, para repeler a los mosquitos y no tener que lidiar con su molesta e irritante picadura, solo nos quedará incidir sobre los receptores del insecto. En este punto es donde entran los repelentes de mosquitos, conocidos popularmente como antimosquitos, que logran confundir a los insectos, evitando que localicen a la persona a la que picar.
Así, podemos encontrar repelentes con base química, como el DEET, la icaridina o el IR3535®. Se utilizan para evitar las picaduras de insectos como el mosquito común, mosquito tigre y/o pulgas debido a su alta efectividad y baja toxicidad para la piel. En situaciones especiales (piel sensible, edad infantil, durante el embarazo,...) estará más indicado un tipo u otro y es aconsejable consultar con un/a profesional sanitario/a. Hay que recordar que los mosquitos y otros insectos son vectores de enfermedades. Esto cobra una especial importancia en los viajes a zonas tropicales con enfermedades endémicas transmitidas por mosquitos. En estos caso, habrá que priorizar los repelentes biocidas, por su mayor eficacia. Por otro lado, tenemos los antimosquitos con base orgánica o vegetal, como el citriodiol o el aceite de citronella (este último no es biocida y tiene una eficacia menor).
Los repelentes botánicos se extraen de plantas que producen sustancias para defenderse de los ataques de los insectos. Estos activos se encuentran presentes, por norma general y en más alta concentración, en los aceites esenciales de algunas especies botánicas (Eucalyptus y Cymbopogon). Finalmente, se pueden incorporar algunas precauciones para minimizar las picaduras de insectos: utilizar ropa de algodón y colores discretos, que cubra el máximo de piel. Evitar el uso de perfumes o cosméticos con perfume intenso. En zonas de riesgo, utilizar mosquiteras. Y, ante una reacción intensa tras una picadura o encontrarse mal, es necesario acudir a los servicios de atención sanitaria.
