Descripción
Este cosmético de Ebers es una crema para el cuidado del contorno de los ojos. Su formulación contiene ingredientes activos eficaces contra la degeneración celular. Así, la cafeína, el ácido hialurónico, la elastina y el colágeno ralentizan la aparición de los signos del envejecimiento en esta zona especialmente vulnerable. Los principios activos presentes en su composición logran un efecto drenante, de refuerzo de la capa dérmica y de relleno.
La cafeína activa la circulación sanguínea y linfática y contribuye a la descongestión. El ácido hialurónico difumina las líneas de expresión y las manchas asociadas a la edad al engrosar la piel al contacto con el agua. La elastina y el colágeno, por su parte, proporcionan resistencia a los tejidos y promueven la elasticidad y firmeza de los mismos. Se recomienda evitar el contacto directo con los ojos.
Aplicar una pequeña cantidad, mañana y noche, alrededor de los ojos realizando toquecitos hasta el parpado.
ACRYLATES/C10-30 ALKYL ACRYLATE CROSSPOLYMER, AQUA, BENZYL ALCOHOL, BUTYROSPERMUM PARKII BUTTER, CAFFEINE, CELLULOSE GUM, CETEARETH-33, CETEARYL ALCOHOL, CI 77891, COCO-CAPRYLATE/CAPRATE, DIMETHICONE, ESCIN, ETHYL LINOLEATE, ETHYLHEXYL STEARATE, GLYCERIN, HIPPOPHAE RHAMNOIDES KERNEL EXTRACT, MESEMBRYANTHEMUM CRYSTALLINUM EXTRACT, METHYLPROPANEDIOL, METHYLSILANOL CARBOXYMETHYL THEOPHYLLINE ALGINATE, MICA, POTASSIUM SORBATE, RETINYL PALMITATE, SODIUM BENZOATE, SODIUM HYDROXIDE, SQUALANE, STEARYL CAPRYLATE, STEARYL HEPTANOATE, TOCOPHERYL ACETATE, XANTHAN GUM
Consejo Farmacéutico
Patas de gallo, ojeras, bolsas… Está claro que la piel del contorno de ojos merece un cuidado especial. Se trata de una zona propensa a sufrir deshidratación, flacidez o inflamaciones por ser extremadamente fina y elástica.
Así pues, es importante utilizar productos cosméticos de rápida penetración y descongestionantes que contribuyan a proteger la zona del envejecimiento y ayuden a mantener su humectación. Pero no todo vale. No es para nada recomendable utilizar cremas faciales que no están específicamente diseñadas para tratar la zona, puesto que, además de no estar testadas bajo control oftalmológico, tampoco producirán los beneficios esperados. Por otro lado, empezar a tiempo es una buena defensa para la piel.
Es aconsejable comenzar a tratar la zona a partir de los 30 años, al ser esta la edad en la que el colágeno deja de producirse a los niveles anteriores y la elasticidad de la piel se ve comprometida. De esta forma, es importante utilizar cremas y sérums de efecto frío para relajar la inflamación de las bolsas, con micropigmentos o minerales de efecto antiojera o reafirmante que ayuden a aportar más fibras de soporte a esta fina dermis. Por último, habituarse a llevar gafas de sol, acudir asiduamente al oftalmólogo o usar productos con fotoprotección, son acciones que contribuyen a cuidar del contorno de los ojos de forma óptima y a evitar su deterioro.